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Foto del escritorClínica Dental Colonia Jardín

¿Cómo actuar frente a la hipersensibilidad dental?

Con las bebidas frías en estos meses de verano se hacen más frecuentes los problemas de hipersensibilidad dental. En esta entrada del blog te explicamos por qué se produce y qué hacer cuando ocurre.


Si alguna vez has notado un dolor intenso en los dientes al ingerir bebidas frías o calientes, puedes sufrir de hipersensibilidad dental, un problema muy común en nuestros días que no siempre acaba en una consulta al dentista.


La hipersensibilidad dental afecta de manera frecuente a uno de cada 4 adultos. Los dientes en los que más se presenta esta patología son los premolares y los caninos en la población general, y molares e incisivos en pacientes con patologías periodontales.

La causa más común es una mala atención de la higiene oral, que provoca que la dentina quede expuesta al retraerse la encía, y hace que nos duelan los dientes al entrar en contacto con bebidas o alimentos fríos o calientes.


Una ingesta excesiva de alimentos ácidos, la toma de ciertos fármacos, o los vómitos recurrentes también pueden provocar la retracción de la encía, dejando expuesta la sensible dentina y provocando dolor al contacto con calor o frío.



¿Cómo evitar la hipersensibilidad?


Lo mejor que podéis hacer para evitar la hipersensibilidad dental es adoptar unas pautas adecuadas de higiene, y visitar de forma periódica a vuestro dentista.


A continuación podéis leer algunos consejos que os ayudarán a mantener vuestra higiene bucal en perfecto estado, ayudando así a evitar la hipersensibilidad:


  • Debéis cepillaros al menos dos veces al día durante 2 minutos cada vez, utilizando una pasta dentífrica con flúor.


  • Es mejor cepillar suave, ya que un cepillado excesivamente fuerte puede dañar vuestros dientes y encías.


  • Preferiblemente, la dureza de las cerdas del cepillo será media o suave, ya que las cerdas duras pueden dañar el esmalte y las encías.


  • El cabezal del cepillo, si es mediano o pequeño, mejor. Es importante llegar bien a todos los rincones de la boca, por lo que un cabezal excesivamente grande puede hacer que ciertas zonas de la boca, como los molares, queden sin la adecuada atención.


  • Cada 3 meses hay que cambiar de cepillo, ya que por muy bien que parezca estar, las bacterias pueden acumularse en el cepillo reduciendo considerablemente la eficacia del cepillado.


  • El uso diario de la seda dental es imprescindible, y debemos incluirla en nuestro protocolo de higiene. Aunque pueda parecer algo tedioso, la realidad es que no consume apenas tiempo (probad a cronometrar cuánto tardáis en realidad) y evita la aparición de muchas patologías bucodentales.


  • Por último, el uso de un colutorio adecuado pone el broche final a una correcta higiene bucodental. Es importante recordaros que no todos los colutorios son iguales, vuestro dentista os recomendará cuál se ajusta más a vuestras necesidades.



Pero, ¿Qué puedo hacer si tengo hipersensibilidad?


Actualmente existe una amplia gama de productos específicos para tratar la hipersensibilidad, como dentífricos o geles fluorados que fortalecen el esmalte. Lo más recomendable es que consultéis con vuestro dentista cuál de estos productos se ajusta mejor a vuestras necesidades, ya que no todos actúan igual, y únicamente cubren los poros expuestos de la dentina de forma superficial, por lo que no resistirán el cepillado ni la masticación.


  • Revisa tus pautas de higiene bucal, tal y como están descritas en este post. Eliminar pautas inadecuadas en la higiene bucal puede eliminar las molestias producidas por estas malas prácticas.


  • Mucha atención a la alimentación. La importancia de la dieta en ocasiones pasa desapercibida, cuando en realidad es un elemento clave en el cuidado de los dientes. Eliminar de la dieta un exceso de alimentos ácidos que reblandecen la dentina ayudará a mitigar los efectos de la hipersensibilidad.


  • Los blanqueamientos dentales pueden causar hipersensibilidad dental transitoria. Este tipo de tratamientos provoca una ligera desmineralización del cuello del diente, al requerir que se abran los túbulos de la dentina, a través de estos túbulos penetra el agente blanqueador en el esmalte del diente y esto puede irritar el nervio. El uso prolongado de pastas blanqueadoras puede provocar este mismo efecto, por lo que siempre es recomendable consultar a vuestro dentista antes de iniciar cualquiera de estos tratamientos.

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